En una ocasión la directora de calidad de una empresa con la que colaboramos habitualmente nos dijo: «No os podéis hacer idea de todos los problemas que solucionamos en vuestras actividades».
Afirmar que resolvemos problemas «invisibles», esos de los que no puede uno «hacerse idea», no parece la mejor referencia comercial, aunque como efecto imprevisto esté entre los preferibles.
La cuestión entonces es ¿qué hace la Filosofía de la Empresa en la Empresa?
La Empresa necesita coherencia, consistencia y cohesión, sentido de unidad, comprensión como totalidad, eso que es característico del filosofar y sólo del filosofar… Pues eso es lo que hacemos en umanes y ése es el impacto, simplemente bueno para el cliente. Los beneficiarios de nuestras intervenciones, se sorprenden con los resultados, entre otras cosas porque no son conscientes de lo que la Empresa precisa y, sobre todo, no saben cómo se logra.
El método topográfico
Cuando surge la idea de colaborar con una empresa tratamos de estudiarla, de intuir su identidad, de comprender su lógica organizativa y su realidad. La investigación incluye el sector, su cultura industrial, las características del mercado y los «requisitos para el éxito». Es insuficiente. Analizamos los datos pero sirven de poco o nada si no hay observación sobre «el terreno», mientras lo recorremos. Operamos combinando parámetros con la experiencia sobre el terreno. Lo llamamos método topográfico y no nos da un mapa perfecto y completo de la realidad, nos da el mejor posible, a veces más preciso que el que maneja la propia Empresa.
Y solo entonces nos ponemos a su servicio y el resultado es siempre bueno.
LA FORMACIÓN QUE CASI “NO EXISTE”
Sabemos que hacemos una formación que casi «no existe». Las más prestigiosas escuelas de directivos se refieren a entelequias que llaman formación «integral» o «sistémica» y afirman que lo suyo encaja en el tipo. No suele ser verdad. ¿La nuestra lo es? Pues no lo vamos a asegurar rotundamente, eso sí, estamos seguros de hacer algo que casi «no existe».
Intentamos hacer formación y desarrollo con las personas: fácil y bastante natural. Ofrecemos ideas sensatas, contextualizadas, acordes con el objeto de la actividad, no siempre fáciles, pero destiladas, el núcleo de lo importante: son las claves, lo que uno ha de saber. Mostramos herramientas de eficacia contrastada para hacer y ayudamos a que los participantes las practiquen y, cuando posible, las dominen. Construimos un ambiente adecuado, habitualmente divertido y, en general, seguro. Y además sabemos escuchar.
Lograr que todo esto tenga sentido, que sea realmente significativo, que el participante le vea la gracia y que comprenda a un nivel superior, no está al al alcance de cualquiera, lo sabemos, “no existe” mucha gente capaz de hacerlo…
Pero, lo que también sabemos es que al acabar nuestras actividades, a los participantes lo que pasa en la Empresa, lo que ellos hacen en la Empresa, el futuro de la Empresa… les importa un poco más.
Cuando comprendemos la coherencia, la consistencia, la cohesión y la unidad ocurre que «nos sabemos» más Empresa. Y este «saberse Empresa» unido al aprendizaje de habilidades de organización y comunicación regenera la relación y las relaciones, revitaliza, alinea y motiva. Porque lo nuestro es Filosofía de validez ejecutiva.
Proyecto Financiado por la Unión Europea - NextGenerationEU
